Acabamos de despedir uno de los octubres más intensos de los vividos en las más de tres décadas de historia de LaVeguilla. La vendimia en varias fases ha sido tan complicada por la meteorología, que los dioses han querido compensarnos con una de las mejores cosechas que recordamos. Por primera vez, las blancas de Albillo Mayor que crecen en dos hectáreas y media veguillanas, han compartido protagonismo con las tintas, inaugurando la vendimia a mediados de septiembre. San Eustaquio, unos días después, sonreía a los racimos de Tempranillo que llegaban jubilosos a la bodega, y a primera hora de la tarde habíamos metido ya 70.000 kilos en bodega, pero San Mateo no colaboró, las uvas no arreó y volvió a sumir a la Ribera en la temida humedad, el peor enemigo del bodeguero en vendimias… El primer lunes de octubre retomábamos la cosecha de las parcelas pendientes, perfectas de grado y salud, y el martes abríamos las puertas a nuestro Cabernet Sauvignon, con nada menos que seis mil kilos para casi dos hectáreas plantadas en 1991. El 5 de octubre anunciábamos oficialmente el fin de la vendimia con 334.000 kilos de uva metidos, catorce de los cuales, por cierto, hemos decidido convertir en pasas para que en invierno nos recuerden dulcemente que, como dice el gran Paco Gómez Escribano, no somos ná
